Letras y Músicas
A Lucas
(Recitado)
Sabés qué? No necesito ninguna trompada
de realidad para saber por dónde va la cosa…
Voy rumiando mientras subo una barranca
pedaleando lentamente al final de otra jornada
Le digo “¿sabés que?” a la nada que no escucha
a la que le importa un carajo lo que este ciclista yuga
Emprendiendo una subida que se hizo irremontable
demasiado parecida a este lunes por la tarde
porque a nuestros pibes los acecha todo el tiempo
la muerte, que los persigue, que se los lleva puesto
a ellos la muerte, a nosotros la impotencia,
porque el que ahora ha muerto fue ramito de inocencia
porque le vimos la risa y la vida por crecer
sigo gritando a la nada fría, absurda, cruda y cruel
voy llegando al final de la barranca
y unas lágrimas rabiosas humedecen la puteada
y tan sólo queda la porfiada decisión
de mirarlos a los ojos y buscarles el corazón
(recitado)
y que un día nos sacuda la alegría de saberlos vivos…
En la espiral mágica
de manos lluvia
late la semilla
Laten semillas mágicas
que crecen
contra el olvido
Que traen
un sabor antiguo
de noche, estrella y río
Y despierta sueños perdidos
Laten semillas en lluvia de manos niño
(murga)
Era cierto nomás
mucha sombra sobre el mundo,
robándole el sol al que no tiene
ni el recuerdo de un calor fecundo
Demasiada mezquindad
mucha esperanza robada,
poderosos pisoteando
tanta vida despojada
de casi todo
menos del dolor
crónico de no tener nada…
Mucha sombra nomás
sobre la frágil juntada
de paredes, rejas, ventanas
plantitas y puertas de chapa.
Noche, esquina de barro,
pelota, caricia, verano.
Se apaga el dia y se prenden
todos los sueños robados.
Y de algún modo
alumbrándonos
brillan las calles de otro barrio
Las lucecitas que tiemblan
desesperadas
parecen el cielo en la tierra
una noche
estrellada
Latiendo, ardiendo, quemando
algo crece desde abajo
y sube al día que vuelve
como el sol por cada barrio
(Por Palestina)
Una mujer y otra y un hombre y otro
caminan las ruinas
y alzan los brazos al cielo
Una mujer y otra y un hombre y otro
cruzan los muros
y lloran la patria cautiva
Miran su tierra saqueada, negada, dolida
Y siembran de libertad su sueño
Y abrazan al niño
y esperan que crezca el olivo
Y la lluvia en la noche
Es un grito que pregunta
Cuándo se vuelve a la tierra natal
¿Cómo volver a casa si el pueblo está en llamas,
el mar vigilado
y los campos son una herida?
¿Cómo volver a casa si el cielo está enfermo
de un odio oscuro
que siega y desprecia la vida?
Pero vuelven, con esa mirada antigua
que en medio de la crueldad resiste
y alzan los puños
y siembran, tenaces, los olivos
Y la lluvia en la noche
es un grito que reclama
una mañana de paz y libertad