Y este último sábado cerramos la etapa de grabación de «Intuición de las hermanas de la ribera» grabando lo que quedaba de flauta y guitarrón más las voces finales…

Resta la mezcla y muy probablemente una premiere, pero mientras tanto comienza la otra etapa de trabajo de la obra, la que tendrá que ver con textos e imágenes, pero tener la parte musical registrada es un éxito en sí mismo.

Mi agradecimiento otra vez a cada musicx que sumó su parte para poder materializar la obra

También el agradecimiento a Mariano Miguez y a su estudio Ideo music, por la calidez del trabajo realizado.

Aquí, otra vez de la mano y la mirada de Dani Pereiro, imágenes de la última sesión…

La obra nueva va completándose, complementándose… naciendo en definitiva…

La rodean el tiempo de ir amasándola, tomando decisiones, cambiándolas y volviendo a empezar….

Pero ahora va adquiriendo entidad, presencia, impronta, y por supuesto un propio decir….

Todo esto de la mano de la generosidad de les compañeres que se sumaron al proyecto y fueron aportando el tiempo real para ensayar y grabar…

Ahora, que ya casi está, podemos nombrarla…. esta obra que se nació de pensar qué define lo que nos rodea, esta región y las particularidades que nos lega ha de llamarse «Intuición de las hermanas de la ribera»…

Aquí algunas imágenes de la segunda sesión de grabación, esta vez con les guitarrista, obviamente a través de la mirada profundísima de la fotógrafa oficial de no-solo: Daniela Pereiro

 

“Tal vez

porque no ven que el que camina solo va resguardado

por un coro de brazos y manos compañeras

que lo sostienen, que no lo dejan caer,

mientras él camina solo,

da su pelea”

(No Solo, frag, de Sábado y otros poemas de hospital)

-Algunas impresiones luego del no-solo en ALTAPAZ-

Devolver(nos) la dimensión humana, un ratito.

Escuchar puede llevarnos a ese modo de vincularnos con lo que nos rodea, con los que nos rodean, desde un nosotrxs no mediatizado por nada más, ni nada menos, que nosotrxs mismxs.

¿Hay un para qué en el acto de crear, de componer? Si lo hay ¿Será siempre igual? Si no ¿Existe algo invariable? ¿O la creación va y viene entre esas, y tal vez otras, posibilidades?

Lo que sí va entre una posibilidad y la contraria es la decisión de tocar, de realizar una presentación con las músicas propias. Inicia siempre a partir de la necesidad de hacerlo, de imaginar que está bien que eso pase y que es un momento justo, por el desarrollo de algunas obras, por las ganas de tocar, de compartir, y algunas otras situaciones más. Pero luego de eso sobreviene siempre una impresión que contradice esa necesidad inicial, la pregunta de ¿Para qué? ¿Cuál sería el sentido de hacerlo? ¿Qué valor puede haber en disponer tiempo, propio y ajeno, para mostrar lo creado, que sea distinto a la propia vanidad y al deseo egocéntrico -los cuales más vale siempre renegar y abandonar-?

Ante el concierto de guitarra encontré siempre una incomodidad, algo que además de inquietarme me disgustaba. La propuesta de no-solo nació de armar un espacio para que pasara lo que, entendía, no pasaba en esa clase de conciertos.

Me llevó algún tiempo pensarlo y darle la forma que me parecía que tenía que tener.

Sin embargo, luego de 7 años y 14 ediciones, tal vez el último (el del 15 de septiembre de 2018) fue el único, o uno de los pocos, que reunió todos los elementos necesarios para lograr lo que vengo anhelando. Pero más allá de este particularidad anecdótica, lo importante sería que descubrí algo que tal ve no había pensado de este modo.

La idea de desarmar el escenario, de no amplificar, de disponerse a tocar con la humildad indispensable ante el instrumento, ante el silencio y el sonido, ante lxs que llegaron a escuchar, en general sin mucha noción de qué va a pasar, una calma que no sé de donde salió, y un espacio cálido y profundo de verdad, guardaba la potencia de una escucha que nos devolviera nuestro tamaño en el mundo.

Pero ¿Cuál sería el mérito de esto?

Aún no podría dar respuesta a esto.

Pero sí podría decir que, luego del no-solo de anoche, lo que pasó allí tuvo esa potencia, la de (re)encontrarnos con la posibilidad de no creernos más ni sentirnos menos, sino habitar la precisa dimensión humana.

Y que tal vez de eso se trate el espacio, el lugar, la posibilidad que nos brinda la música.

Escuchar, devolver(nos) la dimensión humana, un ratito.

federico mercado

(16/09/18)

Este 15 de septiembre realicé la segunda edición de no-solo, que tenía un plus significativo, volví a tocar en la casa en la que rodamos los videos que abren esta página web.

Sin embargo había cambios en esa casa que ahora se llama ALTAPAZ, y los cambios ganaron en profundidad.

La noche fue tranquila, con disposición para la escucha y la música.

Tal vez es la primera vez que esta propuesta está completa, por el espacio, por la guitarra, por la música.

Tal vez lo que andaba buscando desde que tuve la idea de armar estos encuentros e intentar compartir las músicas propias recién lo logré en esta edición, y eso es un buen augurio.

Comparto aquí algunas imágenes

No soy un compositor prólifico ni rápido, el tiempo me corre, pasa veloz y hago lo que puedo, y apenas puedo llamarme compositor.

Pero a veces no puedo no intentar decir algo sobre lo que pasa, cerca o lejos, porque algo de lo injusto de algunas situaciones, de algunas muertes, me mueve a hacer esos intentos.

Y así voy escribiendo algunos textos que luego se transforman en un poema o una canción.

Y así se acumulan palabras y músicas en torno a Lucas, un chico que fue a la escuela y que tuve en mis clases, y que murió, o lo mataron como a Ariel o NIco, o los pibes muertxs en Palestina, y a sus familias que quedan y resisten y otrxs niñxs y jóvenes que resisten, o los 43 normalistas de Ayotzinapa, o a Luciano Arruga, o Darío y Maxi, a Carlos Fuentealba…

Años después de escritas siguen cayendo los pibes en nuestros barrios, sigue Palestina bajo una ocupación infame, siguen sin aparecer los 43, la policía sigue matando Lucianos por no robar para ellos, porque sigue la injusticia en el mundo

Casi con vergüenza me senté a escribir, letra o música, esperando se me perdone restar tiempo en ello a la confrontación efectiva contra la injusticia del mundo. En verdad cierto pudor viene siempre después, al escribirlas es un impulso.

Sé, como decía Viglietti en «Sólo digo compañeros», que «papel contra bala/ no puede servir/ canción desarmada/ no enfrenta un fusil» por eso son canciones desarmadas, que acaso, tristemente, sirvan para no olvidar.

Este viernes 20 de julio realizamos una primera sesión de grabación de estas canciones para dejar registro de las mismas

Para no olvidar ni perdonar

 

«Durante 2017 Enrique Samar, compañero y amigo docente, director, retirado de las aulas pero no de la acción, me invitó a escribir un texto que diera cuenta del trabajo que vengo construyendo desde 2006 en la Esc. 8 del Distrito Escolar nº 13 en el Barrio Cildañez.

Allí fui armando una práctica a partir de la interpelación constante de lo que chicas y chicos proponían. De allí nació el Ensamble Cildañez y lo que ahora es Tambores Sur… pero esa es otra historia.

Presentaremos el libro en la Esc Nº 2 de Adultos del Distrito Escolar Nº 12 cita en Caracas 10, el 20 de abril a las 19 hs»

 

Yo era chico y de grande sigo preguntándome ¿Cuándo se naturalizó la dictadura?

Sí ya sé, el 24 de marzo empezó, pero ¿Cuando se hizo normal, digamos, cotidiana? ¿Pasó eso alguna vez? ¿Para alguien alguna vez fue natural que un compañero no volviera, que se la llevaran, embarazada, y no hubiera rastro de ella ni del bebé? ¿De dónde viene la dictadura? Sí, ya sé, la triple A, López Rega, la derecha peronista. O debería seguir preguntándome y preguntando ¿A dónde iba la dictadura, donde hizo nido? ¿Cuándo empezó a ser posible?

Y me respondo, torpemente, que no sé bien de dónde vino (en realidad sí sé, estudié bastante nuestra historia, pero algo de eso no me alcanza) pero sí sé adonde vino, donde hizo nido, donde está.

Vino acá, al presente, ahora, acá y allá. Tiene la forma de la bota que ahogó a un artesano, de la mano que disparó por la espalda a un joven y otro y otro.

Un 24 de marzo, a las 00:48, las Fuerzas Armadas dieron un golpe de Estado.

Una mañana a las 10:23 alguien compraba pan mientras en una casa de la cuadra tiraban las puertas abajo. Alguien miraba para otro lado

Un domingo a las 17:15 15 policías de la ciudad le piden documentos a un joven con un carro lleno de cartones. Alguien miraba para otro lado

Una mañana otros policías le quitan los sandwichs que hizo a un joven que vende, mientras a unas cuadras los prostíbulos funcionan tranquilamente.

Alguien dispara, anónimamente, con aire comprimido desde una ventana, a una banda de sikuris que ensaya en Parque Chacabuco. La policía impide que ensaye una comparsa de candombe histórica en ese mismo parque.

Un mediodía un policía, sin identificación, revisa pibes a la salida de una escuela secundaria. Una madre lo increpa (siempre las madres)

Un día una vicedirectora llama a un policía para que entre a la escuela a requisar a un niño de 8 años. Maestrxs salen en su defensa

¿Cuándo se naturalizó la dictadura? ¿Pasó eso alguna vez? ¿Para alguien alguna vez fue natural que un niño fuera vulnerado en todos sus derechos impunemente por quien debería garantizárselos?

La tribuna puede corear simpáticamente “Macri, basura, vos sos la dictadura!” pero la joda es cuando al lado tuyo se naturaliza esta impunidad. Cuando empiece a ser posible el horror.

A los asesinos de ayer los bancaron más que las armas y el poder económico.

Lo bancaron ustedes, los capaces de meter a un policía a una escuela para que revise a un pibito, digo, por poner un ejemplo.

 

Como me enseñaron unas Madres, que tienen tanto de maestras que a algunxs debería darle vergüenza seguir poniéndose el delantal:

NO OLVIDAMOS

NO PERDONAMOS

NO NOS RECONCILIAMOS

(y agrego chiquito abajo, ni con los asesinos de ayer, ni con los verdugos y cómplices de hoy)

 

f mercado

 

PD: por los 30.000 y por todos los que sufrieron la misma suerte después de la vuelta de la democracia, desde Miguel Bru hasta Luciano Arruga, pasando por Julio López, Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, y los que nos tocan más de cerca, Lucas y Nico

 

Viernes 23 de marzo de 2018