Poemas y Canciones desarmadas

No soy un compositor prólifico ni rápido, el tiempo me corre, pasa veloz y hago lo que puedo, y apenas puedo llamarme compositor.

Pero a veces no puedo no intentar decir algo sobre lo que pasa, cerca o lejos, porque algo de lo injusto de algunas situaciones, de algunas muertes, me mueve a hacer esos intentos.

Y así voy escribiendo algunos textos que luego se transforman en un poema o una canción.

Y así se acumulan palabras y músicas en torno a Lucas, un chico que fue a la escuela y que tuve en mis clases, y que murió, o lo mataron como a Ariel o NIco, o los pibes muertxs en Palestina, y a sus familias que quedan y resisten y otrxs niñxs y jóvenes que resisten, o los 43 normalistas de Ayotzinapa, o a Luciano Arruga, o Darío y Maxi, a Carlos Fuentealba…

Años después de escritas siguen cayendo los pibes en nuestros barrios, sigue Palestina bajo una ocupación infame, siguen sin aparecer los 43, la policía sigue matando Lucianos por no robar para ellos, porque sigue la injusticia en el mundo

Casi con vergüenza me senté a escribir, letra o música, esperando se me perdone restar tiempo en ello a la confrontación efectiva contra la injusticia del mundo. En verdad cierto pudor viene siempre después, al escribirlas es un impulso.

Sé, como decía Viglietti en «Sólo digo compañeros», que «papel contra bala/ no puede servir/ canción desarmada/ no enfrenta un fusil» por eso son canciones desarmadas, que acaso, tristemente, sirvan para no olvidar.

Este viernes 20 de julio realizamos una primera sesión de grabación de estas canciones para dejar registro de las mismas

Para no olvidar ni perdonar