Un país no es una esencia que se debe venerar sino una serie de problemas a desentrañar”

(“El río sin orillas”, Juan José Saer)

El orden desbordado

I

La ciudad de Buenos Aires es, o puede ser, como cualquier otra ciudad, una experiencia. Es decir que se la atraviesa mientras nos atraviesa.

A algunos nos importa en tanto hemos nacido aquí y, de algún modo extraño, nos sentimos cómodos con y en ella. No porque uno no putee todo el tiempo y quisiera verla de otro modo, pero en esta sensación contradictoria se confunden ciudad y sociedad (¿Una ciudad es la sociedad que la habita? ¿En qué medida? ¿Hay relación entre ciudad y sociedad?)

Odiada, despreciada, subestimada o llanamente ignorada, por una importante mayoría de sus habitantes, parece persistir en sus particularidades, que no todos juzgan dignas de mención.

Sin embargo, nacer en un lugar no significa nada. Nadie está obligado con nada -ciudad, lugar, región, país-, nada nos ata, como no sea nuestra propia experiencia y la valoración que hagamos de ella.

II

Supongamos que alguien que nace en Buenos Aires pretende emprender una obra sobre ella, obra sin especificación de medio de expresión –música o texto o fotografía o dibujo-. Empieza a leer, a releer, a ver de otro modo, o por primera vez, lo recorrido cientos de veces.

Busca y encuentra.

Encuentra algo que define su experiencia con esa ciudad, algo de eso que intuye pero ya no puede descifrar por lo que la ciudad es. “Dos inmensidades la flanquean: la Pampa y el Río de la Plata: ambas demasías contribuyen a ubicar la ciudad y a desubicar a quien la contemple” (Geografía de Buenos Aires, Florencio Escardó)

Claro que es casi imposible ver el río o percibir la Pampa, sin embargo la idea de estar flanqueados por dos inmensidades resuena en esa experiencia, en nuestra intuición.

III

Buenos Aires es la pampa cubierta de ciudad”

La pampa llegaba al río y, de algún modo, continuaba en él. El progreso fue cubriendo esa difusa frontera de cemento y asfalto. Sin embargo el relieve se rebela, rompe calles, veredas (¿quién no ha visto las raíces de algún árbol levantando veredas, ampliando el necio marco de baldosas que le imponen? ¿Y ríos entubados que insisten en inundarnos o el pastito naciente en algún viejo empedrado?) Allí hay un orden de cemento y progreso que se ve desbordado por la brutalidad y la desmesura de las inmensidades que la flanquean.

Si se piensa en las expresiones musicales del Brasil podría decirse que tienen cierta estrecha relación con la exuberancia selvática, con la impronta de un clima que parece definir rasgos culturales. El candombe montevideano parece poseer una espacialidad arquitectónica complejísima, tal vez dada por la esclavitud y la libertad. La música del altiplano cierta austeridad propia del paisaje.

¿Pasa lo mismo con las expresiones culturales y musicales de Buenos Aires?

IV

Inmensidad, desmesura, orden, desborde.

La recta se vuelve línea sinuosa, la cuadrícula se quiebra, se agrieta, la inmensidad desborda.

Aquí la tónica es la desmesura.

La combinación de la inmensidad con el intento de orden del progreso. No uno sobre la otra, sino ambos.

Lo desmesurado aparece cuando se le intenta poner tope, marco, límite, a la inmensidad.

Esta es una/otra/nuestra hipótesis sobre lo porteño.

En ella habita la posibilidad de desentrañar, de pensar, aquellas expresiones culturales y musicales que podríamos entender como netamente porteñas, más allá de definiciones estilísticas, para desde allí emprender la experimentación de una/otra música de Buenos Aires.

La desmesura

V

Toda definición corre el riesgo de cristalizar aquello que pretende definir. Pocas cosas son definibles, o bien, ninguna definición explica totalmente el objeto de su razón de existir (o sería bueno que así fuese). Sabiendo esto, más que definir, nos proponemos pensar 2 expresiones típicamente porteñas, o algunos de sus aspectos, a través de esta hipótesis de la desmesura, casi como explicaciones de la misma.

Tango

El tango, vocablo que, dicen, proviene de voces africanas, es, tal vez, la más acabada expresión cultural-musical de Buenos Aires. Uno de sus aspectos entraña esta idea hipótesis: la relación entre el pulso/marcato/ritmo y la variación, impredecible, del fraseo, ya sea cantado o tocado. En la interpretación tanguera florece, muchas veces, la desmesura. Y muchas otras veces ese fraseo tiene su correlato en la poética agónica de muchos tangos. A lo que puede sumarse la danza entrelazada, donde la puja entre hombre y mujer se ve contenida por el abrazo de ambos.

Murga

Manifestación popular porteña si las hay, menospreciada ante su homónima uruguaya, radicalmente distinta, también esconde en alguno de sus aspectos, sino en todos, la desmesura: en el ritmo típico de murga, el bombo marca obstinadamente el pulso, que ordena el desfile, sobre él el platillo va y viene desbordando el pulso con ritmos cíclicos; en el desfile la fila de murgueras y murgueros, es el orden sobre el cual el baile se desborda, sacudiendo manos, brazos y piernas; y algo de eso también hay en el traje de corte formal, levita, pantalón y galera, donde los colores del raso brillan junto a los multitudinarios apliques.

Aparecen, entonces, algunos elementos encauzados en dos ideas:

La idea de un orden –lo recto/lo cuadrado/el pulso/lo par/lo estático- y el desborde –lo sinuoso/la espiral/lo curvo/lo impar/lo móvil- pero, como ya dijimos, no es uno sobre otro, son ambos.

Esta combinación nacida de la historia de esta parte del mundo, de lo que había y lo que vino, de lo que permanece y de lo que muta, nos brinda la desmesura como expresión de lo porteño.

La Ribera Sur nace en la desmesura.

federico mercado

Octubre de 2011

La creación tiene los caminos que tiene, y aunque lo sepamos no por eso dejarán de soprendernos.

Irremontable tiene una historia de muchos cruces detrás.

Primero la situación que dispara todo: la muerte de un ex alumno, a quién conocí desde los 6 años y con el que compartimos tanto, como con tantos otres. Pero también la compulsión a escribir, rejuntar palabras que atinen a qué ¿Conjurar el dolor? ¿Espantar la muerte? ¿Para qué escribir ante estas, y otras, situaciones? Lo cierto es que escribí, esa vez y otras tantas, sobre las alegrías también.

Al año siguiente fui a escuchar al Tata Cedrón y descubrí al Trio Piraña. Presentaban «Larvas», un ciclo de canciones a partir del libro de Elías Castelnuovo del mismo nombre, en el que relata su experiencia como maestro en un reformatorio de la provincia de Buenos Aires en la década del 20. Además de que me encantó la propuesta y el trio en sí, pensé que podía aventurarme a intentar transformar en canciones algunas de las cosas que había escrito. Aquel proyecto se llamó BARRIO. Pero no lo terminé, pienso que un poco porque este tango logró plasmar tanto algo, que las demás canciones fueron perdiéndose porque no lograban ni una pequeña parte de lo que se logró acá.

Luego vino el trabajo de concretar la grabación y la idea del video.

Y acá nuevamente vuelve el eje de esta idea de no-solo: el encuentro de aquellas personas que suman a lo que se dispone a través de sus tareas, compartiendo con profunda actitud solidaria sus haceres.

En este caso son:

Primero Gonzalo Genone en voz, Lucas Bergallo en bandoneón y Adolfo Schmidt de Juli Records en la grabación

Catalina Escandell en dibujos y actuación, Manuel Iglesias en actuación -y su papá Carlos- y luego quienes forman Nave que va: mi compañero y amigo Hernún Mancuso, Verónica Oxer y Andrea Llamedo

Registrar, y de este modo, esta canción era una deuda, sobre todo con aquel ciclista de delantal de aquel lunes por la tarde, de otro modo con cada pibe que esta sociedad infame deja caer…

Estaremos siempre del lado de hacer lo que podamos para que no se caiga nadie y muy probablemente lo logremos, pero quienes cayeron nos seguirán doliendo…

Y este último sábado cerramos la etapa de grabación de «Intuición de las hermanas de la ribera» grabando lo que quedaba de flauta y guitarrón más las voces finales…

Resta la mezcla y muy probablemente una premiere, pero mientras tanto comienza la otra etapa de trabajo de la obra, la que tendrá que ver con textos e imágenes, pero tener la parte musical registrada es un éxito en sí mismo.

Mi agradecimiento otra vez a cada musicx que sumó su parte para poder materializar la obra

También el agradecimiento a Mariano Miguez y a su estudio Ideo music, por la calidez del trabajo realizado.

Aquí, otra vez de la mano y la mirada de Dani Pereiro, imágenes de la última sesión…

La obra nueva va completándose, complementándose… naciendo en definitiva…

La rodean el tiempo de ir amasándola, tomando decisiones, cambiándolas y volviendo a empezar….

Pero ahora va adquiriendo entidad, presencia, impronta, y por supuesto un propio decir….

Todo esto de la mano de la generosidad de les compañeres que se sumaron al proyecto y fueron aportando el tiempo real para ensayar y grabar…

Ahora, que ya casi está, podemos nombrarla…. esta obra que se nació de pensar qué define lo que nos rodea, esta región y las particularidades que nos lega ha de llamarse «Intuición de las hermanas de la ribera»…

Aquí algunas imágenes de la segunda sesión de grabación, esta vez con les guitarrista, obviamente a través de la mirada profundísima de la fotógrafa oficial de no-solo: Daniela Pereiro

 

Invariablemente la música tiene su tiempo, no sólo el que propone, una temporalidad que es encuentro y recorrido, sino también, y sobre todo, el de su creación y concreción, y esta última tiene varias partes.

Ayer arrancamos el inicio de la etapa final de la concreción del Proyecto Ribera Sur

En la primera sesión de grabación de esta obra comenzamos por grabar el último movimiento en el que todo lo que circula antes en la música vuelve resignificado…

Y el tiempo de creación y concreción vuelve, como vuelven esos elementos en este movimiento final…

Vuelve la idea que motorizó la obra, las ideas pensadas, las pruebas, los escritos, los errores, los intentos, los fracasos, la renovación de los intentos, los reveses y el inicio de la concreción…

Y entonces todo parece detenerse, o reubicarse, hasta inclusive desaparecer, porque la música toma lugar, toma cuerpo, materia… y empieza a nacer…

Este también será un proceso largo, en tiempo humano, pero vital, latente, potente…

Una nueva obra está por venir, a la cual le puse mucho laburo y corazón… y lo que asoma promete…

Agradecido por este camino conjunto a mis compañeres de esta vuelta: Gabi, Manuel, José y Laura….

“Tal vez

porque no ven que el que camina solo va resguardado

por un coro de brazos y manos compañeras

que lo sostienen, que no lo dejan caer,

mientras él camina solo,

da su pelea”

(No Solo, frag, de Sábado y otros poemas de hospital)

-Algunas impresiones luego del no-solo en ALTAPAZ-

Devolver(nos) la dimensión humana, un ratito.

Escuchar puede llevarnos a ese modo de vincularnos con lo que nos rodea, con los que nos rodean, desde un nosotrxs no mediatizado por nada más, ni nada menos, que nosotrxs mismxs.

¿Hay un para qué en el acto de crear, de componer? Si lo hay ¿Será siempre igual? Si no ¿Existe algo invariable? ¿O la creación va y viene entre esas, y tal vez otras, posibilidades?

Lo que sí va entre una posibilidad y la contraria es la decisión de tocar, de realizar una presentación con las músicas propias. Inicia siempre a partir de la necesidad de hacerlo, de imaginar que está bien que eso pase y que es un momento justo, por el desarrollo de algunas obras, por las ganas de tocar, de compartir, y algunas otras situaciones más. Pero luego de eso sobreviene siempre una impresión que contradice esa necesidad inicial, la pregunta de ¿Para qué? ¿Cuál sería el sentido de hacerlo? ¿Qué valor puede haber en disponer tiempo, propio y ajeno, para mostrar lo creado, que sea distinto a la propia vanidad y al deseo egocéntrico -los cuales más vale siempre renegar y abandonar-?

Ante el concierto de guitarra encontré siempre una incomodidad, algo que además de inquietarme me disgustaba. La propuesta de no-solo nació de armar un espacio para que pasara lo que, entendía, no pasaba en esa clase de conciertos.

Me llevó algún tiempo pensarlo y darle la forma que me parecía que tenía que tener.

Sin embargo, luego de 7 años y 14 ediciones, tal vez el último (el del 15 de septiembre de 2018) fue el único, o uno de los pocos, que reunió todos los elementos necesarios para lograr lo que vengo anhelando. Pero más allá de este particularidad anecdótica, lo importante sería que descubrí algo que tal ve no había pensado de este modo.

La idea de desarmar el escenario, de no amplificar, de disponerse a tocar con la humildad indispensable ante el instrumento, ante el silencio y el sonido, ante lxs que llegaron a escuchar, en general sin mucha noción de qué va a pasar, una calma que no sé de donde salió, y un espacio cálido y profundo de verdad, guardaba la potencia de una escucha que nos devolviera nuestro tamaño en el mundo.

Pero ¿Cuál sería el mérito de esto?

Aún no podría dar respuesta a esto.

Pero sí podría decir que, luego del no-solo de anoche, lo que pasó allí tuvo esa potencia, la de (re)encontrarnos con la posibilidad de no creernos más ni sentirnos menos, sino habitar la precisa dimensión humana.

Y que tal vez de eso se trate el espacio, el lugar, la posibilidad que nos brinda la música.

Escuchar, devolver(nos) la dimensión humana, un ratito.

federico mercado

(16/09/18)

Este 15 de septiembre realicé la segunda edición de no-solo, que tenía un plus significativo, volví a tocar en la casa en la que rodamos los videos que abren esta página web.

Sin embargo había cambios en esa casa que ahora se llama ALTAPAZ, y los cambios ganaron en profundidad.

La noche fue tranquila, con disposición para la escucha y la música.

Tal vez es la primera vez que esta propuesta está completa, por el espacio, por la guitarra, por la música.

Tal vez lo que andaba buscando desde que tuve la idea de armar estos encuentros e intentar compartir las músicas propias recién lo logré en esta edición, y eso es un buen augurio.

Comparto aquí algunas imágenes

No soy un compositor prólifico ni rápido, el tiempo me corre, pasa veloz y hago lo que puedo, y apenas puedo llamarme compositor.

Pero a veces no puedo no intentar decir algo sobre lo que pasa, cerca o lejos, porque algo de lo injusto de algunas situaciones, de algunas muertes, me mueve a hacer esos intentos.

Y así voy escribiendo algunos textos que luego se transforman en un poema o una canción.

Y así se acumulan palabras y músicas en torno a Lucas, un chico que fue a la escuela y que tuve en mis clases, y que murió, o lo mataron como a Ariel o NIco, o los pibes muertxs en Palestina, y a sus familias que quedan y resisten y otrxs niñxs y jóvenes que resisten, o los 43 normalistas de Ayotzinapa, o a Luciano Arruga, o Darío y Maxi, a Carlos Fuentealba…

Años después de escritas siguen cayendo los pibes en nuestros barrios, sigue Palestina bajo una ocupación infame, siguen sin aparecer los 43, la policía sigue matando Lucianos por no robar para ellos, porque sigue la injusticia en el mundo

Casi con vergüenza me senté a escribir, letra o música, esperando se me perdone restar tiempo en ello a la confrontación efectiva contra la injusticia del mundo. En verdad cierto pudor viene siempre después, al escribirlas es un impulso.

Sé, como decía Viglietti en «Sólo digo compañeros», que «papel contra bala/ no puede servir/ canción desarmada/ no enfrenta un fusil» por eso son canciones desarmadas, que acaso, tristemente, sirvan para no olvidar.

Este viernes 20 de julio realizamos una primera sesión de grabación de estas canciones para dejar registro de las mismas

Para no olvidar ni perdonar

Hace largo tiempo vengo pensando -anotando ideas y componiendo- en armar una obra sobre Buenos Aires, mi ciudad natal. Comencé a darle forma a la idea en 2010, luego pasaron muchas cosas hasta que el año pasado, luego de cerrar una etapa con la creación de esta página, retomé la composición de esa música en lo que di en llamar Proyecto Ribera Sur.

Este sábado que pasó tuvimos el primer ensayo de esta obra para flauta, trombón, bandoneón, trio de guitarras, guitarrón y bombo con platillo.

Gracias a mi amiga Laura Russo, tenemos registro del inicio del camino vivo de esta nueva obra

 

«Durante 2017 Enrique Samar, compañero y amigo docente, director, retirado de las aulas pero no de la acción, me invitó a escribir un texto que diera cuenta del trabajo que vengo construyendo desde 2006 en la Esc. 8 del Distrito Escolar nº 13 en el Barrio Cildañez.

Allí fui armando una práctica a partir de la interpelación constante de lo que chicas y chicos proponían. De allí nació el Ensamble Cildañez y lo que ahora es Tambores Sur… pero esa es otra historia.

Presentaremos el libro en la Esc Nº 2 de Adultos del Distrito Escolar Nº 12 cita en Caracas 10, el 20 de abril a las 19 hs»